Su ritmo de cuatro tiempos se desarrolla en el baile en caminadas por la pista y abundantes vueltas (no giros) en pareja. Popularizada hacia 1926, escrita en compás de 2/4, aproximadamente 60 c.p.m. y tiempo allegro moderato (se baila rápidamente y semejante al one step, a pesar de la diferencia en el número de pasos en sus nombres respectivos). Se utiliza indistintamente para desfiles militares y espectáculos taurinos, y se han intercalado en alguna zarzuela.
Forma parte fundamental del repertorio de las bandas de música españolas y son muy típicos los pasodobles toreros, siendo dedicados a prominentes figuras taurinas.
Suele constar de un primer periodo, a modo de introducción, sobre el acorde de dominante, al que sigue la sección más importante, en la tonalidad principal. A ésta sucede una segunda parte, que podría considerarse como el tradicional trío de las marchas, siempre en tonalidad mayor. Su preparación en la dominante y modo menor está muy relacionada con el modo frigio típico del cante andaluz, con melodía frecuentemente aflamencada.
El pasodoble escenifica la lidia en la plaza de toros: el hombre representaría al torero mientras la mujer sería el capote. Entre los más conocidos figuran "Suspiros de España", auténtica obra maestra; "Gallito", "Manolete", prototipos del pasodoble taurino; "España cañí", etc.
Es el único baile latino que el hombre debe empezar el baile con el pie derecho y la mujer con el izquierdo.