Tradicionalmente se han asignado los papeles de llevar y seguir al hombre y a la mujer respectivamente. Llevar no es empujar o tirar, es comunicar una intención. Bailar es un arte, independientemente de que requiera la fuerza de un atleta. Llevar y seguir es como una conversación en la que no es necesario hablar. Aunque el hombre es generalmente el que lleva el control de diferentes aspectos del baile tales como la dirección, tiempo, coreografía…, debe ser consciente de las acciones de su pareja.La mujer sigue, pero el hombre lleva y sigue, es decir debe estar atento a lo que la mujer está haciendo y, si es necesario, compensar. Cuando el hombre lleva a su pareja lo primero que tiene que saber es a dónde quiere que vaya su pareja. Su conducción debe ser resuelta y precisa. Su cuerpo debe comunicar sus intenciones de tal manera que ella no tenga oportunidad de escoger lo que se le pide que haga. Esto no implica que una conducción enérgica tenga que ser producto de la fuerza bruta. El momento en que se indica un movimiento y la dirección, así como la claridad de esta indicación es el elemento esencial para obtener una conducción enérgica (suave pero firme).
Recordemos que los puntos de apoyo para indicar y percibir los cambios de movimientos son: el brazo y la mano derecha del hombre en la espalda de la mujer y la mano izquierda de la mujer sobre el hombro derecho de hombre. De ese modo cuando el hombre quiere avanzar debe conseguir que la mujer retroceda para lo cual debe empujarla, contrariamente cuando desea retroceder debe lograr que la mujer avance para lo cual debe atraerla. Todas estas indicaciones han de ser breves y concisas ya que el objetivo no es mover a la mujer, sino lograr que ella se mueva sola en la dirección indicada por el hombre. La fuerza ó ímpetu con la que habrá que realizarlas, dependerá en gran medida del movimiento que se quiere realizar y de la resistencia de la pareja, entendiéndose por resistencia el tiempo que demora la pareja en reaccionar y empezar a desplazarse.
Cualquiera que sean la indicaciones o marcas que el hombre le quiera transmitir a la mujer, invariablemente debe pasar por las siguientes fases: pensar previamente lo que se quiere hacer, verificar que haya espacio suficiente en la pista, indicárselo a la pareja, y realizarlo con firmeza y convicción.
Tampoco hace falta indicar absolutamente todos los movimientos que se hagan, solo es necesario indicar los que supongan un cambio con respecto a lo que se esta haciendo y a los desplazamientos.
